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domingo, 13 de marzo de 2016

¿Sanidad pública o sanidad privada? !Las dos¡

Es sábado por la mañana y me encuentro en uno de los pocos momentos de tranquilidad de la semana. De hecho,de cualquiera de las últimas semanas en general. Mis hijos están también a sus cosas (milagro) y aprovecho para revisar el timeline de mi cuenta de twitter (@fkacha). Observo que el gran @jmlloreda ha vuelto a perpetrar uno de sus legendarios e incisivos posts y lo leo con fruición. Esta vez, arremete contra la obsesión de la sociedad por la inmediatez de las cosas, una obsesión que no escapa al sector de la sanidad tanto desde la óptica del paciente como la del médico. La verdad es que no puedo estar más de acuerdo con él: la inmediatez ha desvirtuado nuestra profesión, que se ha convertido en una especie de supermercado deshumanizado donde solicitamos (y nos solicitan,cuando no exigen) análisis y escàners antes de hacer algo tan ancestral como escuchar, pensar, conversar y aplicar nuestros conocimientos. Una profesión donde,en definitiva, mandan los protocolos antes que el sentido común. Sin embargo, la pretensión de este post no es abundar en esta circunstancia, pues para ello ya están colegas como José María que lo explican como los ángeles. 
Lo cierto es que el post en cuestión hace una breve referencia a la sanidad privada, sector en el cual desarrollo mi actividad asistencial y gestora desde hace bastantes años. Como en la mayoría de los escritos elaborados por profesionales del sector público, la parte privada de la medicina no sale especialmente bien parada, aunque sea de refilón, como sucede en esta ocasión.
Históricamente, siempre ha habido un cierto enfrentamiento entre la sanidad pública y la sanidad privada, más desde la óptica de la primera que desde la segunda. Un enfrentamiento que se ha visto minimizado o se ha recrudecido según oscilaba la economía en general y el color político del momento en particular 

He trabajado en el sector público, donde me he formado, y he conocido profesionales excepcionales que me han enseñado todo lo que sé en pediatría. He trabajado en centros de salud donde también he mirado con ojos inquisidores a aquellos pacientes que venían en busca de recetas financiadas para tratamientos pautados por sus pediatras "privados". 
Sin embargo,como he comentado al principio, hace ya bastantes años que ejerzo de pediatra en el sector privado y puedo garantizar que mi manera de trabajar no se ha modificado un ápice respecto a lo que hacía cuando ejercía en "la pública". Si he tenido que saltarme un protocolo porque el paciente y el caso lo requerían, me lo he saltado, y en ninguno de los casos, he prescrito de forma voluntaria pruebas o tratamientos innecesarios con el objetivo de generar volumen de negocio para la empresa.
Lo cierto es que, entre unos y otros,quizás hemos perdido de vista el verdadero objetivo del sector sanitario , que no es otro que proporcionar el máximo grado de bienestar y salud de nuestros pacientes, de la población en general, para acabar entrando en una guerra cuyo argumento principal se sustenta en el ánimo de lucro de la parte privada.
Desde mi punto de vista,lo más sensato sería percibir a la sanidad privada como un aliado , como un elemento capaz de complementar aquello que la excepcional red pública no puede garantizar por la limitación de recursos a los cuales se ha visto y se ve sometida. Porque carece de sentido construir nuevas instalaciones o comprar nuevos y caros equipamientos cuando a pocos cientos de metros existen centros con capacidad de aplicar los mismos tratamientos o pruebas diagnósticas con idéntica fiabilidad y precisión.Porque parece absurdo desconcertar prestaciones  a hospitales cuando en pocos años, incluso meses,nos veremos incapaces de dar resuesta a las necesidades de los ciudadanos y las listas de espera volverán a crecer y crecer. Y será entonces cuando deberemos, una vez más, cambiar el modelo para dar respuesta a las necesidades de la población y ello volverá ser un elemento de lucha política e ideológica sin cuartel.
Las instituciones deberían trabajar para hallar un modelo que permitiera encajar estas dos piezas, complementarias, un modelo sometido a un estricto control sobre la praxis médica y el uso adecuado de recursos que ayudaría asegurar la sostenibilidad del sistema
Mientras la sanidad privada sea percibida como el enemigo y no seamos capaces de aunar esfuerzos y recursos, no podremos ofrecer a los ciudadanos una atención global de su salud, unos ciudadanos que, una vez más, se verán sometidos a los vaivenes de decisiones más ideológicas que pragmáticas.

Algunos datos

Según el informe 2015 del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (@idisalud), el sector privado aporta el 53% de los hospitales del estado y el 33% del total de camas hospitalarias.
El ahorro generado por el aseguramiento privado suspuso en el año 2015 una liberación de recursos de la sanidad pública superior a los 12.000 millones de €.

  






6 comentarios:

  1. Para quienes amamos la Medicina y la ejercemos con el paciente como prioridad la distinción pública-privada no es real.
    El mal médico, el que usa su profesión como herramienta de proyección, sus pacientes como números, su lista de espera como arma de poder o su uso de las pruebas como estrategia para fidelizar al paciente. Ese mal médico lo es en cualquier situación, pública o privada, porque al final la Medicina está en la relación de un paciente con su médico.
    Buena entrada Ferran!

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    1. Gracias por tu comentario M.José! Estoy convencido que un médico íntegro se rebelaría contra las imposiciones mercantilistas de su organización. Vamos,que difícilmente trabajaría para una empresa así. Saludos!

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  2. Interesante que por fin alguien salga en público a explicitar que la buena (o mala) praxis a nivel individual es la misma sea quien sea el que pague la nómina. Pero mientras tanto, los médicos del Clinic estan aparentemente obligados a promocionar su privada entre sus pacientes públicos. Y algunos se quejan de la presión de las farmas... http://www.actasanitaria.com/la-federacion-de-clinicas-privadas-ve-desleal-que-la-sanidad-publica-promocione-barnaclinic/

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  3. Gracias por tu comentario, Fredi! Organizaciones que presionan a sus médicos para que ejerzan su profesión desde una óptica exclusivamente monetaria no merecen tener buenos profesionales.Saludos!

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  4. Buena reflexión, el punto clave, como bien dices es el elemento de control. El ente que debería supervisar la buena praxis, tanto en el sector privado como en el público! Hay profesionales excelentes tanto en un lado como en el otro, y muchos están en los dos, quizás el tema más peliagudo...

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  5. Que bueno verte escribiendo por aquí de nuevo ☺☺☺

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